Nos acercamos a pasos agigantados a un nuevo 11 de Septiembre y como Central Autónoma de trabajadores y trabajadoras – CAT., no podíamos estar ausentes en la conmemoración de los cincuenta años del fatídico golpe de estado.

Es nuestro deber ético y moral rescatar la figura y legado, del compañero Presidente Salvador Allende Gossens y del gobierno de la Unidad Popular.

Como nunca antes en la historia de nuestra patria, el pueblo fue protagonista de su propio destino, millones de trabajadoras y trabajadores marcharon para defender sus conquistas y avanzar en sus derechos, se profundizó la Reforma Agraria, acelerada por más de dos mil tomas realizadas por los trabajadores agrícolas, se nacionalizó la gran minería del cobre, se mejoró el equipamiento de los hospitales, se otorgó medio litro de leche diario a todos los niños de nuestro país, se profundizó el acceso a la Educación Pre-escolar, Básica y Técnico-Industrial, además de ampliarse el acceso a la Universidad. La innovación tecnológica de coordinar las empresas estatales a red computacional casi un ensayo de internet.

En lo cultural, la creación de la Editorial Quimantu, permitió el acceso a los grandes clásicos de la Literatura Chilena, Latinoamericana y Universal a un mínimo costo, también se apoyó a la Nueva Canción Chilena lo que fomentó la creación de disqueras y con esto la aparición de tantos nuevos artistas, esperando la tan anhelada oportunidad de mostrar su trabajo y talento. Y entre otros grandes logros, se creó también el Ministerio de la Mujer.

La gran mayoría de los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, fueron propuestos y promovidos por el Gobierno de la Unidad Popular, el derecho a vivir dignamente, a la salud, a la vivienda, al trabajo, al descanso y a la sindicalización, pero todos estos avances obtenidos por el pueblo, tuvieron una respuesta brutal de la derecha económica, sus partidos políticos y sus representantes en el parlamento, promovieron paros, movilizaciones, boicots, el mercado negro, sabotajes, atentados y asesinatos. Todos apoyados por la oligarquía criolla, la CIA y el Gobierno de los EE.UU., esto fue una clara señal de lo que vendría, la incorporación de las Fuerzas Armadas al gabinete del Presidente Allende allanó el camino a los sediciosos civiles y militares en contra del Gobierno del Pueblo.

El 11 de septiembre de 1973, el odio, la infamia, la traición y la codicia se impusieron a través del golpe cívico-militar, sepultando la democracia burguesa tradicional, la reacción al no poder detener el proceso de cambio y transformaciones que encabezaba el Presidente Salvador Allende, ocuparon una vez más a las Fuerzas Armadas en todo su poderío, como así lo demuestra la verdadera Historia de Chile.

Lo que nos mantuvo por diecisiete años bajo el yugo de una dictadura fascista, siendo los años más oscuros en la Historia de Chile, una de las dictaduras más crueles y sangrientas en América. Su objetivo, destruir a la clase trabajadora, sus logros, rol político y social que tenía en la sociedad chilena.

Estos cincuenta años a las trabajadoras y los trabajadores y al movimiento sindical, nos obligan a reflexionar de cómo volvemos a recuperar la fuerza propia, el rol político y social que teníamos en nuestro país.

Por eso estamos seguros que sólo la unidad más amplia de las trabajadoras y los trabajadores podrá hacer realidad las últimas palabras del Compañero Presidente Salvador Allende G.,

«El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Éstas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición»

Central
Autónoma de Trabajadores y Trabajadoras de Chile

La Central Autónoma de Trabajadores y Trabajadoras de Chile; CAT, es una organización nacional, de Organizaciones sindicales y sociales de trabajadores y Trabajadoras.

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