El grito de Fernando resuena en Perú

La corrupción, la traición y la sangre del pueblo incaico derramada en las calles han sido una constante a lo largo de la historia peruana. 

Desde la conquista española hasta la época actual la Región Americana que  ocupa el Perú ha sufrido la permanente opresión del poder extranjero, primero a  cargo de los invasores extranjeros y después en manos de los «malos criollos», pero también se han encontrado  con la férrea resistencia del pueblo luchando en las calles en todos los períodos de la historia. 

Las épocas más recientes no difieren mucho de las anteriores, los malos gobernantes al servicio del capitalismo se someten y complotan contra la población en general y contra el pueblo originario en particular quienes resisten en las calles a pesar de las diferencias logísticas. 

Los últimos 10 Presidentes del País altiplano han recibido acusaciones de corrupción, y algunos de ellos pasaron por la cárcel cuando quedó demostrado,  incluso Perú ostenta el récord de haber tenido 6 Presidentes en 4 años por los problemas que la democracia peruana mantiene hasta la fecha actual de la gran disputa del poder entre políticos corruptos y delincuentes.

Por eso cuando asomó una pequeña luz de claridad y Pedro Castillo ganó las elecciones los sectores de la burguesía y sus representantes en el Congreso se pusieron más que nerviosos y hasta antes de que pudiera asumir su mandato ya le habían diagnosticado su confabulada caída.

Pedro Castillo es un militante sindical, profesor de las Escuelas Rurales que dirigió una gran huelga de su sector y logró con ello un apoyo popular que lo convirtió en el líder nacional que podía pelearle la presidencia a los postulantes de la derecha tradicional Peruana que gobernaron el País desde siempre. Por primera vez en el Perú se podía instalar un Gobierno Popular que determinará leyes a favor del pueblo más vulnerable y que dentro de su Programa de Gobierno proponía entre otras cosas la recuperación de las Empresas Públicas a manos del Estado Peruano.

Pero la traición y el trabajo de los grandes medios dirigidos por la derecha hizo un trabajo fino, aislando al Presidente, no dejándolo gobernar y acorralandolo a tomar la desicion de tener que cambiar el Pleno del Congreso Peruano para realizar una Nueva Asamblea Constituyente y elegir en elecciones nacionales la nueva conformación del Congreso sacando de carrera a los  dirigentes corruptos . 

No pasaron 2 horas luego de que Pedro Castillo anunciara la Disolución del Congreso para que el propio Congreso votara la destitución del Presidente y su encarcelamiento acusado de Traición por el anuncio de lo que ellos llamaron un «autogolpe».

La maquinaria de la burguesía capitalista tiene bien aceitados los engranajes de las Democracias para disfrazar la realidad con resoluciones y leyes, y sus serviles aliados en los distintos  sectores ponen los titulares de la prensa a su disposición para machacar nuestros cerebros con una mentira detrás de la otra bombardeando la fragilidad de nuestra información.

Pero el pueblo peruano no es tonto, y ha resurgido en las calles la dignidad de la lucha por la libertad de Pedro Castillo y la renuncia de la golpista Dina Boluarte quien hoy ocupa el lugar de Presidenta del Perú sólo con el reconocimiento de los corruptos integrantes del Congreso Peruano. 

Urge en Perú el llamado de una Nueva Constitución que asegure la representatividad del pueblo, urge que caigan las leyes que impuso el fujimorismo para asegurarse la continuidad de los contratos con las grandes empresas extranjeras para mantener sus ganancias y privilegios a costa del sacrificio de las clases populares, urge en Perú el llamado a elecciones generales para que el Pueblo elija libremente quien quiere que lo gobierne, y esa pelea es la que hoy se reivindica en las calles. 

Hoy en día van más de 50 Peruanos asesinados en los mitines, ciudadanos que salieron a luchar por la libertad a manifestarse pacíficamente y que están siendo cobardemente reprimidos por un Ejército Peruano que dispara las balas, sin remordimiento alguno contra su propio pueblo.

Una vez más en las calles de Perú corre la sangre del pueblo que se levanta contra el opresor, una vez como lo hicieron antes el mestizo Francisco Santa Cruz y el español Ventura Landaeta cuando traicionaron a Tupac Amaru, el pueblo se indigna por la traición  y lanza la pelea, otra vez se escucha el «grito de Fernando»  hijo menor de Tupac que despertó el odio contra el opresor y resonó durante años sepultando al imperio español. Hoy se vuelve a escuchar ese desgarrador grito en Perú y en toda la Patria Grande.

El heroico pueblo de Tupac Amaru vuelve a marcar con su sacrificio el camino de la lucha. Ojalá se pueda escuchar a lo largo y ancho del mundo para que se unan las voces contra la tiranía del gobierno golpista de Dina Boluarte y se pare la masacre contra el pueblo hermano del Perú.

Marcos Lombardi Cuzzi

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